¿En qué ayudan los conservadores de alimentos?
En la actualidad es cada vez más común ver comerciales o encontrar productos que incluyan eslóganes que digan “sin colorantes ni conservadores”. Este tipo de mensaje ha dado la errónea idea de que los aditivos son nocivos para la salud y deben evitarse, pero la realidad es que no es así y la mayoría de las personas desconocen mucho sobre lo que realmente hacen, el efecto que tienen los conservadores de alimentos y la diferencia que hay entre los distintos tipos.
Los conservadores son un tipo de aditivo que se añade a los productos alimenticios durante su etapa de preparación o procesado. Tienen el objetivo de preservar un alimento por más tiempo, retrasando su deterioro para que pueda consumirse sin representar un riesgo. Los alimentos que no cuentan con este tipo de aditivos pueden permanecer muy poco tiempo en anaqueles y deben ser consumidos lo más pronto posible, de lo contrario pueden comenzar su descomposición o la formación de hongos y bacterias.
Existen dos maneras de preservar los alimentos, una es de forma física y la otra es de forma química. La forma física es la más común y de hecho se realiza en casa sin que a veces lo noten, como cuando refrigeran la comida para que dure más tiempo. Por otra parte, la conservación química se refiere a la adición de ciertos ingredientes a los alimentos con el fin de prevenir daños o cambios que afecten su consumo.
Entre los conservadores químicos se pueden encontrar los naturales, como el jugo de limón, la sal, el azúcar o el vinagre; y los conservadores artificiales que son aquellos que se formulan en laboratorios y son diseñados específicamente para ciertos productos o para evitar ciertos procesos de degradación de los alimentos. E incluso, muchos de los conservadores que se encuentran de forma natural, suelen fabricarse sintéticamente para reducir costos y aumentar su efectividad.
De forma general los conservadores artificiales se dividen en tres grupos. El primero constituye los agentes antimicrobianos que destruyen las bacterias o impiden el crecimiento de hongos o moho. Los más importantes son los benzoatos, sorbitos, propionatos, nitratos, entre otros. El segundo grupo se conforma por los antioxidantes, que evitan la oxidación de los alimentos y alarga su periodo de vida. Los más destacados son el sulfito, la vitamina E y C, el hidroxianisol butilado, hidroxitolueno mutilado, entre otros. Por último, en el tercer grupo se encuentran los agentes quelantes, entre los que destacan el ácido etilendiaminotetraacético disódico, el ácido cítrico y las polifosfatos.
¿En qué ayudan los conservadores de alimentos?
La mayoría de los productos procesados que se consumen cuentan con conservadores, principalmente artificiales, los cuales pueden identificarse en las etiquetas de ingredientes. El usar los conservadores alimenticios es fundamental si se quiere disminuir el desperdicio de alimentos, puesto que de lo contrario los alimentos durarían poco tiempo y tendrían que ser consumidos en una semana o incluso días después de su producción, como sucede con muchas frutas y vegetales. Por ello, el uso de estos aditivos ha permitido a la población el poder consumir otros tipos de alimentos, incluso artículos que provienen del extranjero y que es raro encontrar a nivel nacional sin el uso de conservadores.
Una de las principales funciones de los conservadores es que permiten tener una calidad consistente en todos sus productos. Los emulsionantes y estabilizantes son conservadores que ayudan a los alimentos a tener una textura homogénea, y evitan que muchos de los ingredientes se separen. Por ejemplo, la sal en las papas fritas o los alimentos que contienen tanto grasas como agua.
De igual manera evitan que los alimentos se echen a perder, ya que ayudan a prevenir y reducir la velocidad en que la comida pierde sus propiedades y se generan hongos y bacterias que evitan su consumo. El moho, las levaduras, las bacterias y los hongos son los principales elementos que estropean la comida y son causantes de una amplia variedad de enfermedades. De igual manera, los antioxidantes añadidos a los alimentos como conservadores evitan que se vuelvan oscuros al estar expuestos al oxígeno. También evitan que las grasas en los alimentos desarrollen un sabor agrio o rancio y un olor desagradable.
Otro motivo por el que se utilizan estos aditivos es para controlar la acidez y la alcalinidad de los alimentos. Sin el uso de los conservadores, ingredientes como el bicarbonato de sodio o el polvo para hornear podrían provocar que los alimentos tengan un nivel de pH desbalanceado, es decir que puedan ser demasiado ácidos o muy alcalinos; incluso pueden hacer que no mantengan su color de forma uniforme.
Un ejemplo de esto es el uso del ácido sórbico, uno de los conservadores más importantes y usados en todo el mundo, ya que se utiliza en una amplia variedad de alimentos y bebidas para extender su periodo de vida útil y nivelar su pH. Tiene la ventaja de no añadir sabor ni color extra a los productos que lo utilizan.
Como pueden ver, el uso de los conservadores es muy importante para mantener los alimentos en un estado óptimo para su consumo. A pesar de que existan muchos retractores de su uso, no se ha demostrado que sean dañinos para la salud, al contrario, son beneficiosos porque permiten almacenar y consumir productos durante más tiempo, lo que reduce el desperdicio de comida y cuida de la salud.
Todas las empresas alimenticias, ya sean pequeñas empresas o grandes corporativos utilizan los conservadores de alimentos para brindar un mejor producto a sus clientes y poder expandirse en el mercado. Si ustedes cuentan con una empresa del ramo alimenticio y aún no utilizan conservadores es momento de consideren sus usos.
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